Entrevistamos Nuria Vita, Doctora en Psicología, Investigadora y Formadora Lúdica en NeuroPGA, la cual nos habla de la relación existente entre el Aprendizaje Basado en Juegos (ABJ) y los procesos de evaluación psicológicos.
1- ¿Cómo usas el juego de mesa, cuyo fin principal es el ocio, en los procesos de evaluación psicológicos? En las evaluaciones, además de la información que recogemos mediante la entrevista, informes previos, observación, etc, empleamos habitualmente pruebas/test estandarizados. Estos instrumentos han sido validados mediante un procedimiento sistemático para asegurarnos de que podrán ayudarnos a medir cierto proceso psicológico. La similitud entre ciertas pruebas nos sugiere que quizás podrían ser una herramienta para medir o poner en marcha determinados procesos cognitivos, como la memoria, la atención, el control de impulsos o la planificación.
2- ¿Qué beneficios a nivel cognitivo aportan los juegos de mesa? Investigaciones recientes nos indican que los juegos de mesa podrían favorecer el desarrollo de las funciones ejecutivas en la infancia y prevenir el declive cognitivo en edades avanzadas. Estos procesos son los que nos ayudan a adaptarnos adecuadamente al mundo que nos rodea, a las situaciones cambiantes y novedosas. Son las que nos ayudan a actualizar la información en nuestra mente, a poner el freno cuando es necesario y a alternar nuestra atención entre pensamientos, tareas o acciones.
3- ¿Crees que aún queda mucho por hacer para dejar de ver esta afición como un entretenimiento exclusivo para niños? Creo que seguimos con la idea del juego como algo que pertenece a la infancia y que, a medida que vamos creciendo, deja de ser “necesario” o “productivo”. Aún así, muchas de nuestras propuestas de ocio para adultos nos llevan de nuevo a jugar porque a todos nos gusta disfrutar del reto, la interacción, la manipulación de materiales, el placer de competir y colaborar, el jugar por el placer de jugar, sin esperar nada a cambio… Jugar es un derecho y una actividad inherente a la infancia, pero puede ser beneficioso a lo largo de toda la vida. El juego nos une, nos iguala, nos motiva, nos reta, y también puede proteger nuestro cerebro.
4- Además de las cognitivas, ¿ves otras ventajas en el uso del juego de mesa? Creo que hay un campo de estudio súper interesante aún sin explorar sobre las interacciones que se dan durante una partida. Cómo mostramos nuestra frustración cuando nos encontramos con un bloqueo en nuestra estrategia, cómo expresamos nuestra ilusión ante la victoria o nuestro malestar cuando alguien hace una acción que nos perjudica. Todo ello puede ser una oportunidad para ofrecer alternativas de conducta más adaptativas.
5- ¿Cómo vives tu afición a los juegos de mesa más allá de su uso como herramienta de investigación? Disfruto muchísimo cada vez que puedo escaparme un viernes noche a echar partidas largas a euros o juegos de roles ocultos con muchas personas jugonas, cuando juego con mis sobrinos y veo esas ganas incansables y esa picardía que va creciendo con ellos, cuando sacamos un filler después de una mañana de congreso intensa para aclarar la mente o cuando me preguntan en las reuniones familiares qué juego nuevo les traigo esta vez. El mundo del juego de mesa me ha permitido conocer a personas maravillosas, establecer sinergias con profesionales de todo el territorio nacional e internacional, plantearme nuevos enfoques, fortalecer vínculos y, en general, ver la vida con otra actitud.
6- ¿Crees que el denominado “juego de mesa moderno” ha evolucionado y su uso aporta valor en el área de la psicología? Creo que hay un campo de estudio muy interesante aún sin explorar en profundidad, que es la relación que existe entre ciertas mecánicas de juegos modernos y la activación de procesos psicológicos específicos. ¿Si el juego tiene una penalización ante los errores, estoy poniendo en marcha mi control inhibitorio? ¿Si hay información oculta y tengo que recordar elementos que cambian de lugar, estoy activando en ese momento mi memoria de trabajo? ¿Hay una relación entre el número de errores que cometo en el juego cuando cambia la instrucción y mi capacidad de flexibilidad cognitiva? ¿Podría ser el juego una herramienta de detección de daño cognitivo, por ejemplo?
7- En Zacatrus apostamos por el Aprendizaje Basado en Juegos (ABJ). ¿Ves alguna relación entre el ABJ y la evaluación psicológica aprovechando las dinámicas de los juegos de mesa? ABJ y psicología van completamente de la mano. Investigaciones previas nos indican que incluir el factor lúdico puede incrementar el beneficio de las intervenciones cognitivas, mejorando la adherencia de la población objetivo e incrementando su motivación/satisfacción. Así que no solo importa que la tarea sea adecuada para trabajar lo que nos interesa, sinó que hay un componente motivacional/emocional que influye en el impacto del programa.
8- ¿Conoces nuestro juego El Portero Baldomero? En este título se hace hincapié en el trabajo cooperativo. Desde el área de la psicología, ¿qué valor se ve en ello? El juego El Portero Baldomero me parece especialmente interesante por la necesidad de “leer” a la otra persona, interpretar sus reacciones, realizar asociaciones lógicas, además de que es un hartón de reír. Me parecen muy valiosos todos esos juegos en los que tenemos la oportunidad de ponernos en la cabecita de la otra persona, de argumentar nuestras elecciones y de entendernos más allá de lo literal. Este tipo de juegos pueden ser también una herramienta a tener en cuenta en la población adolescente o para trabajar con personas con dificultades para inferir el significado de las acciones y mensajes del otro.
9- ¿Qué elementos te gustaría que tuvieran nuestros futuros juegos para que fueran funcionales en el ámbito de la psicología? Depende un poco de la población objetivo y del contexto en el que vaya a emplearse. Con niños y niñas en edad escolar, buscábamos juegos que tuvieran reglas sencillas (lo cual no implicaba que el juego fuera fácil), corta duración, mecánicas que permitieran trabajar funciones ejecutivas (memoria de trabajo, inhibición y flexibilidad), evitar juegos con muchos componentes pequeños que pudieran perderse por el aula y evitar brócolis cubiertos de chocolate (juegos con un componente educativo muy potente, pero poco atractivos/lúdicos).
Trabajando con personas adultas con discapacidad física y con personas mayores he sido más consciente de las limitaciones fácilmente solucionables que a veces presentan los juegos. A veces, simplemente con incrementar el grosor de los componentes, incluyendo soportes, diferenciando los colores con códigos, o contrastando más fondo y letra, aumentamos la accesibilidad del juego.
10- ¿Hay algo más que quieras comentar? Quiero agradecer a las editoriales, a todos y todas las profesionales de la psicología, la educación y a todas las familias que se esfuerzan por explorar el potencial del juego, que dedican tiempo de calidad a sus seres queridos, a su alumnado, alrededor de una partida, y a todos y todas las personas que investigan para sustentar con datos empíricos el impacto que tienen los juegos de mesa modernos para nuestro desarrollo. Estamos avanzando a pasos agigantados entre todas y aún nos queda mucho por descubrir.